Hoy ha sido muy duro,
hoy ha sido un infierno del cansancio,
de verdad que no sé cómo lo he sobrevivido.
Pero aquí sigo,
intentando acostumbrarme al teclado español.
Con sus tildes,
con sus eñes.
Todo para mí,
para mi idioma materno,
e incluso para el idioma de las islas donde creciste,
con la ce rota,
la ce trencada,
la ce truncada
de tu pasado vergonzante.
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