sábado, 28 de noviembre de 2015

El Cambio

El cambio vendra
Lleno de amor
A la rutina,
Al trabajo
Bien hecho,
A la declaración 
De la renta,
Al fin
De semana
En familia.

Todo esto
Será así,
O no será 
Más que 
Guerra,
Hambre,
Muerte
E involución, 
De nuevo.



La revolución sí será televisada.



La revolución 
No es un tumulto,
Ya no.
Es más 
Como el tedio
Del oficinista,
Como el vocabulario
Del abogado,
Del economista,
Del legislador.
Es precisa
Como un bisturí 
Afilado.

La revuelta
Ya no es
Palabra agresiva,
Sino moderación
Y cálculo, 
Sonrisa fría.

La sangre
No es derramada,
Sino tragada.
Proviene 
De la lengua 
Mordida,
Anestesiada.

La resistencia
No es clandestina,
Es de traseros
Congelados
Sobre el asfalto.
No se transmite 
En canciones,
Ni panfletos,
Sino en mensajes
Electrónicos 
Y aparatos
Que ya no son catódicos.

La revolución 
Sí será televisada.
Es más,
Será ofrecida
En mil canales
En abierto,
Tragada 
Sin masticar,
Mal digerida,
Regurgitada,
Y vuelta a consumir.










viernes, 13 de noviembre de 2015

Comemierda

Comemierda se acercó a la ventana y miró al exterior, no sé veía nada más allá de la farola, que para su desgracia y noches de insomnio, relucía a menos de un metro del cristal. Pensó en lo poco que le gustaba su trabajo y le entraron náuseas, sólo de imaginarse hablando con su jefe. Quería pedirle un aumento, o por lo menos‎, conseguir una rebaja en las horas semanales sin merma en su sueldo. La acidez de estómago le produjo una mueca de dolor y de asco. Eruptó, lamió el papel de fumar para acabar de rularse el porro y salió de casa difuminándose en la niebla.

a mor



Una morsa morosa se fue a Mordor a morder a mormones amorfos.

no tengas piedad

Calma la ansiedad,
No tengas piedad
Con tu bajeza,
Aniquila tu tristeza.

Nada decente

Nunca escribirás nada decente,
No tienes la cultura,
El vocabulario,
La constancia,
El talento
Y la paciencia suficiente.

domingo, 8 de noviembre de 2015

La vida me sonríe

Despierto de mi ensoñación y me descubro recortando los plásticos transparentes de los sobres del banco. Hay ya un buen montón de sobres de banco recortados sobre el mármol de la cocina. Tu cocina no es de mármol, no mientas. Qué actividad repetitiva y estúpida. Qué bien sienta. Uno se siente bien después de arrancar todas estas ventanitas de material no reciclable del blanco e inmaculado papel. Soy un buen ciudadano, ordenado y consciente. La vida me sonríe. El espíritu de Lenon se ha apiadado de mi, esta noche.

La pierna de la chica




La pierna de la chica no deja de temblar, compulsivamente, con un balanceo gelatinoso. Un mendigo me enseña un cartel para que le dé dinero. No reacciono, pero paro de filmar. Sigo escribiendo estas líneas anodinas, mientras la pierna de la chica no deja de temblar.

viernes, 6 de noviembre de 2015

Nuevo canto revolucionario



Somos fuerza floja,
Buenrollismo descocado,
Poder desinteresado,
Amor armado.

Somos la mano 
que cuenta la suma
De despidos, de desahucios, 
De suicidios provocados.

Somos los que ya no duermen,
Porque velan tus pecados.

Los que cual hormiga endeble,
imberbe,
rebelde,
Miga a miga,
Resto a resto,
Reconstruyen lo esparcido
Por las bombas de racimo,

Los que borran lo innombrable,
Lo que parecía indeleble.

Somos aquellas promesas extraviadas
Que escribiendo un nuevo manifiesto,
Relatan sociedades del futuro,
Bebiendo batidos de utopías muertas,
Comiendo bollicaos de infancias regurgitadas
Por el mito de la derecha,
Que ha vuelto.

Ha vuelto.

restos

No me quedan pensamientos puros,
Todo es sexualidad moribunda,
Restos de una grandeza
Nunca alcanzada.

todo será peor


¿Cómo habituarse a dar por perdidas
Todas aquellas esperanzas
Que nunca se cumplieron?

No logro dejar de esperar
Un presente mejor.

Me puede la sensación infundada
De que revertiré 
La curva cambiante,
Pero siempre descendente.

Sólo en los momentos 
De lucidez depresiva
Sé,
Que todo será peor.







lunes, 2 de noviembre de 2015

en el metro



Pedro había dormido tres horas, le dolía ligeramente el talón izquierdo, forzado por la postura adoptada para no perder el equilibrio, mientras se agarraba con el brazo a la barra de metal. Cambió ligeramente la posición de los pies y le dejó de doler. Al cabo de un momento empezó a notar el otro pie. Por suerte, se levantó en esa estación una señora y se pudo sentar. Nada más sentarse empezó picarle el culo. Levantó la vista del aparato y miró a su alrededor. Nada logró llamarle la atención y volvió a dirigir su mirada hacia el texto que estaba escribiendo.

Escribe


Escribe,
Me dice mi correo.
Escribe,
Me dice mi yo del pasado.
Escribe,
Y yo lo leo.
Escribe,

Aunque estés agotado.

Pienso en ti


Cada vez
Que veo
Un guante,
En la calle,
Perdido,
Olvidado,
Sucio,
Mojado...


Pienso en ti.