Tengo un agujero
en el estómago,
Uno negro,
muy negro,
mezcla de hambre y
de congoja.
De acojone y
de fuerza
a punto de explotar.
Espero que sea un pedo.
Un pedo y hambre
debe ser,
sobretodo hambre.
Se diluye ya mi texto.
Se pierde en el cortocircuito
producido
por el miedo
al qué dirán,
al qué dirían.
Si lo leyeran.
Se autodestruye antes de nacer.
Acomplejado, vencido, amargado.
Implosiona y es engullido
por lo más negro de
mi agujero negro.