jueves, 2 de enero de 2014

Oda a la actriz

Cadaveras de tungsteno se abalanzan sobre nosotros, 
ellas fijan tus matices, 
ellas generan tus sombras, 
y mientras yo me aterrorizo por el peso del ahora, 
tú vuelas por encima de nuestros gádgets electrónicos 
y nuestros sueños más febriles, 
para darnos, 
ofrecernos, 
regalarnos 
momentos de verdad al cubo, 
de megaverdad, 
de mentiras absolutas como puños, 
que nos creemos, 
que nos enamoran. 
Y entonces sé, 
que también engañarán a otros, 
que caerán fulminados de amor 
como nosotros caemos ahora. 
Y se disipa el miedo, 
y por un segundo: 
La felicidad. 
La felicidad plena.

¿Cómo piensas mientras me piensas?

¿Cómo piensas mientras me piensas? 
¿En qué piensas mientras piensas que te pienso? 
¿Cuanto pienso mientras pienso en ti?
Quiero decir, 
¿cuanto pesa el pensamiento que te piensa? 
Quiero decir, 
¿es el pensamiento que te piensa más pesado que aquel otro,
aquel que no te piensa,
vamos, 
que piensa en otra cosa? 
Quiero decir, 
¿por el hecho que te quiera, 
tiene el pensamiento que te quiere un peso diferente? 
Aunque sea peso pluma.
Aunque sea peso muerto.
¿Pesa más lo que te pienso 
que lo que le pienso a otra?

Lo serán.

¿Qué vamos a hacer con el tiempo que se viene? 
¿En qué vamos a invertir las horas 
que se atolondrarán febriles sobre nosotros? 
Me gustaría que fuesen horas de gozo amoroso, 
horas de fiebres rosas, 
horas de maremotos de paz. 
Serán, seguro. 
Lo serán.

miércoles, 1 de enero de 2014

Pero soy

Cuando me vine a casa
y caí en la salsa
de tu escasa
e insensata carcasa
me sentí inducido
a pecar, perdido,
impedido 
para cualquier cosa
con sentido.
Y caí
tan alto,
que me perdí
en el campo
de la estética
lisérgica
y la dialéctica
verborreica.
Y me drogué,
canté,
mamé,
chupé,
salpiqué
y enfrascado en lo peor
me armé de valor,
una mañana de calor
y de resaca
para dejar de ir a ver
a la Paca
en el poblado de la roña
y limpiarme sus ponzoñas.
Y aunque nunca volví 
a ser el mismo,
soy.
Otro.
Pero soy.

llenándoos de amor y de gozo espacio-temporal

voy a seguir produciendo, 
a seguir construyendo castillos de polvo de estrellas en el espacio sideral, 
sin tregua, 
sin pausa, 
sin prisa, 
con prisa, 
con alguna que otra pausa, 
con alguna que otra tregua. 
Pero con el ojo puesto en el infinito y eterno sentimiento de amor sin adjetivos y en la pertenencia sin fronteras. 
Hoy sigo aquí, 
y como dice el Punset, 
nadie ha demostrado que me vaya a ir, 
que me vaya a morir, 
por lo que seguiré orbitando incansablemente hasta el fin de los días y de las noches, 
en vuestras conciencias y vuestros corazones, 
llenándoos de amor y de gozo espacio-temporal.