miércoles, 27 de febrero de 2013

Canción del ballenero enamorado


Yo tenía un amor
Tan gordo como una ballena
Pero un día se fue volando
Y me quedé solo, en tierra
Con cara de tonto
Y me dijo mi amigo Alejandro
Como intentando arreglarlo
Que hay más peces en el mar
Y yo repliqué consternado:
Bobo, inculto!
Las ballenas no son peces.
Y añadí sombrío, hundido, acabado:
- Además...
Donde encontraré otra vez
Una ballena que vuele?

Mi ballena se fue volando, volando, volando... ( estribillo )


Val del Omar




Desintoxicado ya
De los excesos de la juventud
podré decir
Como Val Del Omar
Que mi único vicio
Es el cinematógrafo
Y soñaré
Como él
Con duendes eléctricos
En mi barriga
Esta vez,
Progreso obliga,
En tres dimensiones
Yo también siento el hormigueo

lunes, 25 de febrero de 2013

Patricio




Estaba Patricio en su casa mirando la jaula vacía de su periquito muerto la semana anterior.
Por alguna razón no se había dado cuenta hasta ese momento del vacío irreparable que había supuesto esa pérdida para su miserable vida de asalariado veinteañero feúcho de capital de provincias.
En realidad no le iba mal. No era cómo a la mayoría de sus antiguos amigos del instituto. Casi ninguno de ellos tenía trabajo. "Qué ironías de la vida", pensó. Entonces parecían tan adaptados, tan capaces, con sus chaquetas a la moda y sus flequillos largos, tapándoles el ojo izquierdo, siempre el ojo izquierdo.
Patricio nunca logró ligar con ninguna de su clase, él le daba la culpa a su payasez innata, su acné y su físico desgarbado. El caso es que nunca logró morrearse con ninguna de su curso. En las fiestas, en los bares de la plaza Gomila nunca tenía problema... Bueno, no es que fuera un conquistador rompe chochos. Pero siempre caía alguna. Más o menos fea, más o menos ida de la olla. Pero no pasaba invierno sin una noche de morreos, de luchas de cremalleras, de "no, ahí no", de "saca la mano de ahí", de "he prometido a mi padre que no me desvirgaría en este viaje de estudios"...
El caso es que, de repente, no se sabe porqué, la imagen de la jaula vacía colgando del mueble cama-lámpara-estantería-nicho de su cuarto de 8 metros cuadrados en casa de sus padres le desmontó todo su mundo.
Y se puso a llorar.

domingo, 24 de febrero de 2013

amor infinito




¿por cuantas mentiras habré de caminar hasta encontrar la valentía?
¿en cuantas ventas deberé rebajarme el precio hasta ser, al fin, gratuito?
¿cuantas hipocondrías deberé de descubrir para cambiar, por fin, mis hábitos?
¿a cuantos amores he de defraudar para encontrar, finalmente, tu amor, infinito?

sábado, 23 de febrero de 2013

café




Hace ya tiempo que lo primero que sientes al despertar es una punzada de miedo.

Hace ya tiempo que lo primero que sientes al levantarte es una punzada en las cervicales.

Hace ya mucho tiempo que no tienes hambre por la mañana.

Son ya muchas las veces que intentas cambiar los patrones de comportamiento.

Sólo para descubrir que por hache o por be caes siempre, de nuevo, en las mismas telarañas.

¿Porqué no me comerá la araña de una vez?

¿Y acabamos con esto,

con este eterno intento fallido?

Jo.

A ver si me tomo un café y me cambia el ánimo.





viernes, 22 de febrero de 2013

Escribe



Qué se escribe cuando no se sabe qué?
De qué se puede hablar cuando no se vive plenamente? 
Qué voy a contar si lo quiero borrar todo de mi mente? 
Cuantas veces tengo que teclear este aparato hasta que salga algo que merezca la pena ser leído? Cuantas veces tengo que intentarlo? 
Cuantas veces debo intentar exprimirme para ver si,
por alguna casualidad, resulta que soy conductor de talento?
Qué más da.
Escribe.
Levántate y escribe.





jueves, 21 de febrero de 2013

abuelos


Hoy he decidido poner radio clásica. Mi abuelo siempre la ponía por las mañanas para desayunar. Todos queríamos desayunar con mi abuelo. Se preparaba unas lonchas de jamón de York en un platito y se las comía partiendo el pan con los dedos encima del plato. Las migas de pan caían sobre el jamón cubriéndolo parcialmente. Era un manjar por el que tenías que implorar. Recuerdo recibir siempre mucho menos de lo que me hubiera gustado. Recuerdo también tener que aguantarme sin recibir nada por ser el mayor de los primos presentes. Tengo muy viva la imagen de Ricardito comiendo del tenedor de mi abuelo mientras yo me moría de ganas desde la otra punta del salón.

Ricardito, ya más mayor, fue también el que descubrió las insignias nazis en uno de los cajones de la oficina, después de que el abuelo muriera. Recuerdo que nos reíamos con cara de asombro. Sabíamos que había estado en la división azul pero el tener los broches en las manos lo convertía en algo mucho más cercano.

Hace poco me preguntó el tío Jaime:
- Qué significa "Raus mit den Hunden"?
Era lo que siempre les decía su padre cuando se portaban mal o daban el coñazo. Quiere decir "¡afuera con los perros!"
Siempre es tema de conversación aquí en Alemania lo de los antepasados nazis. Yo les cuento que mientras uno de mis abuelos estaba en la carcel por socialista, el otro luchaba codo con codo con los suyos en la batalla Stalingrado (no sé si me lo he inventado, qué me corrija alguien si no fue así).

Tengo también grabada la en la memoria otra escena. Pregunté a mi abuelo socialista qué me contara lo emocionante  y fantástica que era la guerra. Me contestó que era lo más horrible del mundo y que nunca más hablara así de ella. La vergüenza qué sentí la llevo todavía conmigo, guardadita en lo más hondo.

Se me ocurren otras historias qué recuerdo demasiado vagamente para escribirlas...

Es alucinante cómo la dos Españas sobreviven a las generaciones incrustándose en nuestros corazoncitos desde la más tierna infancia.

lunes, 18 de febrero de 2013

nervios


Me pongo de los nervios a la hora de empezar a trabajar.
Es una ansiedad tan fuerte y descontrolada que no me deja reaccionar.
sé que podría levantarme, sentarme en la alfombra
cruzar las piernas y cerrar los ojos
dedicarle a mi psique unos minutos
para poder pasarme otro par de horas siendo productivo.
Pero no sé si lo voy a lograr.
No me voy a poder levantar para cambiar mi ser
para cambiar mi vida
caeré de nuevo en la dejadez nerviosa
volveré a dejarme ir
a dejar estirarse mis neurosis nerviosas
atenazándome
ahogando mis esperanzas de un presente sin pasado ni futuro
en el que la vida fluya sin trabas ni dolores
sin miedos superfluos que lo dificultan todo.
Aunque quien sabe
quizá mañana sí que lo logre
o pasado
o dentro de unos minutos.