domingo, 31 de enero de 2016

afortunado

Cae el granizo sobre el parabrisas,
forma líneas de fuga fugaces
que señalan un punto preciso
en el cielo negro.

Pienso en Rusia,
en un carro tirado por caballos,
en una tormenta de nieve,
en un hombre tapado por unas pieles gruesas,
cagándose en sus muertos en ruso.

Y me siento afortunado,
por tener parabrisas,
y calefacción,
y asientos reclinables,
y elevalunas eléctricos.

Que se joda el ruso.

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