Salgo a la calle y sólo hay tías,
tías buenas,
tías muy buenas,
tías despampanantes.
Y no me conformo.
Las quiero todas,
las quiero todas para mí,
no sólo para mí,
pero para mí.
No lo puedo remediar,
están ahí,
floreciendo al sol,
al viento,
bajo la lluvia
y a la luz de las farolas.
Y no me conformo.
Las quiero para mí.
Repito,
no sólo para mí.
Pero para mí.
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