La mañana me despierta cada día,
miedoso, cansado,
revuelto en sueños incordiantes,
temblorosos, irritantes.
Me acompaña
del sueño a un despertar tenso,
ácido, microdoloroso.
Y a pesar de todo,
con el tiempo abro los ojos,
me incorporo,
hasta me levanto.
Dejo atrás todo el tormento
y me pongo a funcionar,
trabajar, vivir, amar.
¿Qué otra cosa puedo hacer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario