domingo, 24 de noviembre de 2013

Con el culo todo inquieto.

Con el culo todo inquieto.
Con la flema batiéndome el paladar.
Con los ojos salidos de sus órbitas.
Con la barba picándome, ardiente.
Con los pies descalzos,
moviéndose como si tuvieran vida propia.

Así me encuentro,
a las dos y veintiocho de la madrugada.

Con los dedos pegados a las teclas.
Con las pupilas lamiendo los píxeles.
Con una energía diabólica,
saltando de un músculo horripilante
al siguiente,
en oleadas de locura.

Así me siento hoy,
mientras que no puedo dormir.

Tengo el ritmo cambiado.

Los turnos de noche
no me sientan bien.

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